La internación involuntaria es un procedimiento legal, garantizado por una legislación específica. Según estas normas, para la internación involuntaria de un familiar, es necesario que tanto el paciente esté en comprobada necesidad de tratamiento involuntario, como que la institución tenga autorización para hacer la internación de modo involuntario.
Solo las instituciones hospitalarias, con un médico presente las 24 horas del día, un área de atención de urgencias cardiorrespiratorias con aparatos de soporte vital, un equipo de enfermería de guardia y que cumplan con la legislación hospitalaria pueden realizar la hospitalización involuntaria para el tratamiento de la salud mental. Esto es necesario para mantener siempre seguro al paciente en tratamiento involuntario.